Como los inversores habituales, en los negocios de los
emprendedores, hay que buscar dinero para llevar a efecto sus proyectos:
amigos, familia e inversores son los principales yacimientos.
Los
Bancos: en general los bancos son
financiadores. No socios. Por tanto miran mucho el tema de garantías (salvo en
determinadas lineas o programas de crédito de tipo social). No interfieren en la gestión del negocio y por caros que nos parezcan, son más baratos que lo que te va a salir
un socio (si el asunto sale bien). Consejo práctico: hace años funcionaba el
tema de las Sociedades de Garantía Reciproca a la hora de ir a un Banco.
El Capital Riesgo: Son firmas especializadas en
financiar operaciones empresariales, entre las que se encuentran las de
lanzamiento de nuevas empresas. No valen para cualquier tipo de negocio. Debe
ser algo sustancial y sustancioso, que generalmente acaba con una salida a
Bolsa. Las Sociedades de Capital Riesgo son socios temporales, que tienen
marcado de antemano un plan de salida, con unos objetivos de rentabilidad
elevados, a costa nuestra del negocio o de los nuevos accionistas. Son
ademas sumamente exigentes en materia de gestión, lo cual no nos vendrá mal,
salvo que nos guste ir por libre.
Las Incubadoras de Negocios: Creo que su propio
nombre las define y las hay públicas y privadas.
Los Business Angels: Podríamos definirlos como
mecenas empresariales. Por volumen de inversión están normalmente en un escalón
previo al Capital Riesgo. Pero creo que, al igual que con el Capital riesgo, su
implicación va más allá del tema financiero. Hablamos de personas con
experiencia, con contactos, con credibilidad. No es dinero lo único que se
transfiere.
Las Instituciones Públicas: Funcionarios y
políticos se vuelven locos para que emprendamos. A pesar de la abundancia de
programas y ayudas, en última instancia no suelen contribuir tanto como dicen y
cuando lo hacen es a un precio muy alto, pues suelen condicionar en gran medida
nuestro proyecto. Y me temo que muchas veces, al amoldarlo a la subvención,
lograremos esta pero perderemos el negocio.
Por otro lado, no es propiamente una ayuda, si no
la capitalización de los recursos generados durante el periodo de
trabajo por cuenta ajena que han ido a una bolsa llamada "Prestación por
Desempleo" y que el INEM puede facilitar para una iniciativa empresarial.
Los jóvenes podrán capitalizar el 100% de la prestación por desempleo para
iniciar un negocio. Esta medida ampliaría el porcentaje al que este colectivo
puede acceder como pago único de la prestación por desempleo y que está fijado,
a día de hoy, al 80%.
El criterio general en este caso establece que un
desempleado con derecho a prestación puede solicitar la capitalización de la
misma y el pago único para establecerse como autónomo o formar parte de una
sociedad laboral o una cooperativa con el límite del 60% del
importe total al que se tiene derecho. Sin embargo una modificación de la ley
permitió que los jóvenes varones de hasta 30 años y a las mujeres de hasta 35
capitalizar el 80%.
Si el emprendedor pretende desarrollar su proyecto a través
de una sociedad limitada no puede optar a este sistema.
Por desgracia, el prendimiento de los próximos meses se encuentra oculto
en los dramáticos datos de las cifras de desempleados.